
Desde el momento en que llegamos a Victoria Falls, supimos que estábamos a punto de vivir algo fuera de lo común. El sonido del agua cayendo nos llegó antes incluso de ver las cataratas, un rugido profundo que se siente en el aire y que te pone en alerta, no en vano los locales las conocen como “El humo que truena”. Íbamos caminando por los senderos que las rodean anticipando lo que estaba por venir, y al llegar al mirador principal, las cataratas se abrieron ante nosotros de una forma impresionante. La fuerza con la que caía el agua, y la niebla que subía creaban una atmósfera mágica difícil de olvidar.
Victoria Falls
Están situadas en la frontera entre Zambia y Zimbabwe, se extienden por 1.7 kilómetros y tienen una altura de 108 metros. Son consideradas una de la...Leer más
Información de reserva
Este destino aparece en todos nuestros circuitos:
- Parques nacionales y safaris / 9 DíasDesde3.495 €Aventura y naturaleza / 7 DíasDesde4.850 €Zimbabwe en coche / 11 DíasDesde3.950 €Tesoros ocultos de Zimbabwe / 10 DíasDesde8.895 €Maravillas Naturales de África / 9 Días
Recorrimos el parque como quien se encuentra en un lugar lleno de sorpresas. Cada nuevo mirador hacia las cascadas nos dejaba sin palabras. En algunos momentos, la fuerza del agua era tan grande que podíamos incluso sentir el suelo moverse bajo nuestros pies, una sensación que se quedará con nosotros para siempre. La vegetación, tan densa y vibrante, parecía moverse al ritmo de la naturaleza. A lo lejos, podíamos ver elefantes cruzando entre los árboles, un momento salvaje que encajaba perfectamente en el paisaje. Mientras caminábamos, era imposible no sentirse pequeño ante la magnitud de lo que nos rodeaba, algo que es difícil de describir con palabras.
A medida que el sol empezaba a ponerse, el cielo se teñía de dorado, y decidimos tomarnos un respiro para absorber todo lo que teníamos frente a nosotros. Esa calma, ese momento de silencio rodeados de tanta belleza, es lo que realmente hace únicas a las Cataratas Victoria. Más allá de lo impresionante del lugar, es esa conexión profunda con la naturaleza lo que te deja una huella. Al caer la noche, llegamos a nuestro alojamiento, el refugio perfecto para terminar el día. Con vistas al río Zambezi, nuestras habitaciones eran modernas y cómodas, el lugar ideal para relajarse tras una jornada de exploración. Allí teníamos todo al alcance: desde safaris guiados hasta paseos en helicóptero sobre las cataratas, o simplemente disfrutar de la vista mientras descansábamos. Cada día en Victoria Falls está lleno de opciones, es un destino que lo tiene todo: naturaleza salvaje, comodidad, lujo y un sinfín de momentos inolvidables.