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Matobo: Safari, Historia y Tradición

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Al llegar a nuestro lodge, disfrutamos de una cena deliciosa bajo el cielo más estrellado que habíamos visto hasta el momento y el sonido lejano de los animales, mientras nuestro guía se presentaba y nos compartía su entusiasmo por lo que nos esperaría al día siguiente.

Parque Nacional Matobo

Está ubicado al sur de Bulawayo, la segunda ciudad más importante de Zimbabwe. Este espectacular parque es hogar de las conocidas formaciones kopjes...Leer más

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Este destino aparece en 3 de nuestros circuitos:

Nada más amanecer, nos subimos a nuestro 4x4 y nos adentramos en el parque. El paisaje era sobrecogedor: enormes formaciones rocosas que parecían contar las historias de cómo el viento había ido trabajando durante el paso del tiempo. Mientras avanzábamos, un grupo de rinocerontes blancos apareció entre los arbustos, y no nos lo podíamos creer, ¡La emoción fue inmediata!, era la primera vez que veíamos a estos majestuosos animales. Bajamos del todoterreno, caminamos en fila india sin hacer ruido y, con los corazones más que acelerados, decidimos seguir al guía mientras nos explicaba que, a pesar de su imponente tamaño, estos animales son muy ágiles y debíamos tener cuidado. En un momento, uno de los rinocerontes que descansaba alrededor levantó la cabeza, y se quedó mirándonos fijamente, como si estuviera evaluando nuestra presencia. El silencio fue total, esperando la reacción del animal, que, por suerte, decidió que no le parecíamos una amenaza y siguió con su descanso. Verlos tan cerca, en total libertad y sin nada que nos separase de ellos fue un instante de profunda conexión con la naturaleza.

Seguimos con nuestra exploración mientras nuestro guía nos contaba los esfuerzos constantes que hacen las comunidades y los gobiernos para proteger a estos animales de la amenaza de la caza furtiva, una actividad que tristemente sigue suponiendo un gran problema en muchas partes del mundo. Por si la adrenalina del día no había sido suficiente, antes de volver al campamento tuvimos la suerte de encontrar una pitón de roca descansando sobre un termitero. Su piel brillaba con los rayos de sol de medio día, y el guía nos explicó que, aunque son muy peligrosas para los humanos, tienen una gran importancia en el ecosistema, ya que ayudan a controlar la sobrepoblación de otras especies. Nos despedimos del parque con el corazón lleno de felicidad y reconociendo que una vez más, la naturaleza en su forma más salvaje y hermosa nos dejaba sin palabras. Después del safari pusimos rumbo a ver las pinturas rupestres más antiguas de esta zona de África, pero antes hicimos una parada en un mercado local de artesanías, almorzamos en un mirador con vistas impresionantes, y por fin llegamos. En una cueva oculta entre las rocas, el guía nos mostró figuras de animales y personas pintadas hace miles de años (calculan que tienen entre 6.000 y 13.000 años). Es fuerte pensar en cómo esas pinturas conectan el pasado con el presente.

La siguiente parada nos llevó al pueblo del Jefe Pondo, donde nos dieron una cálida bienvenida con una danza tradicional al ritmo de los tambores. Participamos en la ceremonia, nos vestimos con sus ropas típicas y aprendimos sobre las costumbres locales. La hospitalidad de la comunidad nos recordó una vez más lo afortunados que somos por poder conocer el mundo. Para terminar el día y antes de volver al lodge para la cena nos llevaron al famoso mirador "View of the World", un lugar con una vista privilegiada del parque. Nos sentamos sobre las rocas mientras veíamos como se ponía el sol lentamente, y disfrutamos de ese mágico atardecer tomándonos una cerveza, y disfrutando de la paz que solo un lugar tan mágico puede ofrecer.