
Llegamos cerca del atardecer a nuestro campamento, un refugio en medio de la sabana, justo a tiempo para disfrutar, mientras esperábamos la cena, del espectáculo de naranjas que se crea en el cielo de este continente cada noche. Y ahora sí, empezaba nuestra inmersión. El primer safari que hicimos fue al amanecer, y lo recordamos como una experiencia única. A medida que nos adentrábamos en el parque, la emoción se palpaba en el aire.
Hwange
Información de reserva
Este destino aparece en 3 de nuestros circuitos:
- Parques nacionales y safaris / 9 DíasDesde3.495 €Zimbabwe en coche / 11 DíasDesde3.950 €Maravillas Naturales de África / 9 Días
Nuestro guía, un chico muy joven, pero con un profundo conocimiento de su región, nos llevaba por los caminos polvorientos que atraviesan la sabana, y no pasó mucho tiempo hasta que tuvimos nuestra primera gran sorpresa: una manada de elefantes cruzando frente a nosotros. Majestuosos, se movían con una calma que contrastaba con su imponente tamaño, pero a medida que se acercaban, empezamos a sentir la “grandeza” de la naturaleza africana. Tener a esa manada de elefantes tan cerca, que casi podíamos sentir como se movía el aire cuando agitaban sus orejas, fue una de las más tensas pero inolvidables experiencias del viaje.
Continuamos nuestro recorrido y, de repente, el sonido inconfundible del rugido de un león resonó en el aire. Al escucharlo, nuestro guía se puso en marcha para buscarlos y allí estaban, descansando a la sombra de los árboles. Nos quedamos observando en silencio, como si estuviésemos dentro de un documental, maravillados con su porte y su tamaño, y asombrado con la calma que transmitían, como si supiesen lo que significaba ser el rey de la sabana. Durante el resto del safari pudimos disfrutar de incontables jirafas, cebras, antílopes… todos en armonía, pero siempre alerta conscientes de que en la sabana, el peligro puede acechar en cualquier rincón. Antes de volver al campamento hicimos otra parada, esta vez en un Centro de Conservación de Perros Salvajes, que juega un papel crucial en el rescate y rehabilitación de estos animales. Fue muy interesante aprender sobre los esfuerzos para proteger a esta especie tan vulnerable hoy en día, cuyo futuro depende de la preservación de su hábitat y de proyectos que, como este, buscan garantizar su supervivencia en un momento tan complicado. Un gran ejemplo de la importancia de la conservación y de cómo pequeños esfuerzos pueden hacer una gran diferencia.
Ahora sí, y tras un día lleno de emociones, regresamos al campamento para terminarlo de la mejor manera posible: disfrutando de una fogata bajo un cielo lleno de estrellas, mientras escuchábamos los sonidos de los animales nocturnos. Hipopótamos, hienas y búfalos nos marcaban el ritmo de la noche africana.